domingo, 2 de mayo de 2010

Jesús resucitó en la comunidad de Copén

Durante la Semana Santa vino mi novio para poder acompañarme en el trabajo y en la motivación de la semana. Estuvimos viviendo en la comunidad de Copén, una comunidad que está a las afueras de San Pedro y que no iba a tener sacerdote durante la semana grande de los católicos dado que sólo hay dos sacerdotes y 13 comunidades que cubrir, por lo que en la Semana Santa nos distribuímos las monjas franciascanas, mi compañero Miguel Ángel, Tomás (mi novio) y yo a diferentes comunidades que quedaban en la carretera para motivar y animar a estas comunidades en la semana.

Nuestro horario de trabajo era completito porque empezábamos a las 7 de la mañana visitando ancianos y enfermos para llevarles la comunión, después tenia reunión con los niños para hacer juegos, concursos y demás actividades con ellos enfocadas a la Semana Santa pero más dinámicas; después reunión con los jóvenes para organizar todas las actividades importantes del Jueves, Viernes, Sábado y Domingo.

La verdad es que salieron una actividades muy bonitas y la gente nos despidió con mucho cariño cuando nos fuimos, pero la verdad es que fue una semana agotadora. Además en la comunidad donde yo estaba no había agua y teníamos que estar yendo y viniendo con cubos para bañarnos, cocinar y limpiar. A esto se une la plaga de zancudos que había y, la verdad es que le da un toque de pesar, pero ni en esas circunstancias me arrepiento de haber estado allí. Además la familia en la que yo estaba y en la que vivió Tomás se portaron las dos muy bien con nosotros.

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