viernes, 18 de septiembre de 2009

Andando sola

El día 28 de Agosto, volví a San Pedro, pero esta vez mis compañeros se quedaban en Tela porque el final de su experiencia de verano estaba muy cercano y, dos días después, volvían a España, a si que me quedé en San Pedro con gente a la que no conocía y de la que iba a depender el resto de mi experiencia.

Por suerte para mí, estoy bajo el "ala protectora" del Padre Silvio Hernández, párroco de la zona de Rivera Hernández y Asentamientos Humanos (que es la zona en la que yo estoy trabajando) y la verdad es que durante los días en los que he vivido con los Misioneros Claretianos en su casa, me ha ido presentando a todas las comunidades que dentro de la parroquia hay (13 comunidades), hemos conectado muy bien y me ha facilitado mucho mi adaptación y mis encuentros con la gente.

En principio, mi labor en San Pedro va a ser el trabajar en todo lo relacionado con los proyectos que la parroquia tiene y en la Pastoral Educativa.

Dentro de esta parroquia existen los siguientes proyectos sociales que trabajan con los que mas lo necesitan y en los que yo estoy colaborando.
- Madres Maestras: Es un proyecto que nación en Panamá dentro de la Iglesia Católica y de lo que se trata es de que son las mismas madres las que se encargan voluntariamente de formar a niños/as de 3 a 6 años en escuelitas que tienen. No están capacitadas como tal pero se les da una formación y, sobre todo, son mujeres que dan mucho cariño y amor a los niños. Ellos están alimentados y cuidados. Una vez al día se les da un alimento, son las mismas madres las que lo preparan.
- Guardería Inmaculado Corazón de María: Es una guardería que tiene tres salas; maternal para los bebés, sala uno y sala dos en las que están los niños divididos por edades haciendo actividades. La guardería funciona de lunes a viernes de 6 a 17 horas. Las familias pagan una pequeña parte (muy poco, por que lo que se busca es que puedan buscar trabajo o trabajar y sus hijos estén atendidos).
- Dispensario: Es una clínica donde las personas acuden pagándo lo mínimo y hay unos médicos que tampoco cobran lo que deberían, ya que es una labor social.
- Centro Paso a Paso: Donde acuden los chicos y chicas de la zona para tener talleres, apoyo escolar y salir de las calles. Se les da formación y educación en valores (muchos de ellos están ya metidos en Maras).
- Maestro en Casa: Son unas áulas preparadas para que aquellas personas que son adultas y no han podido estudiar, acudan allí para terminar sus estudios durante el fín de semana.



miércoles, 2 de septiembre de 2009

Aldeas

Visita a una de las Aldeas

En Honduras, las extensiones de tierra entre unas personas y otras es muy grande, sobre todo entre las personas que viven a las afueras de las grandes ciudades o poblaciones, por este motivo se organizan en Aldeas. Cada una de estas aldeas tiene su nombre y está constituida por una serie de personas que forman parte de un patronato y se encargan de controlar y atender las necesidades de los que les rodea. La mayoría de las personas que viven en las aldeas viven de la agricultura y recolección de alimentos.
Para atender a las necesidades parroquiales y religiosas de las aldeas, surje la figura del "Delegado de la Palabra" y que es una persona a la que se ha formado en temas de religión católica y que, dada la dificultad que tienen los sacerdotes para poder desplazarse a todas las aldeas (por su lejanía unas de otras), los delegados de la palabra son los encargados de animar las celebraciones una vez a la semana, de llevar a cabo reuniones de catequesis, etc. Los grupos y demás acciones que se lleven a cabo en la aldea desde el punto de vista religioso, dependerá de lo activo que sea el Delegado de la Palabra.

Todo esto lo explico porque hay que entender la personalidad y características de los Hondureños. Son personas muy religiosas que demandan celebraciones y la presencia de una representación de la iglesia en sus aldeas, ciudades y pueblos. Puede que en una Aldea no haya escuela y seguro que no habrá médico, pero podemos encontrarnos con varias iglesias (en la mayoría de los casos una católica). Por este motivo hay tantas sectas y grupos religiosos muy diferentes aquí.

El tema es que, como hemos venido a Honduras en calidad de Misioneros Laicos de la Iglesia Católica, una de las funciones que hemos tenido que cumplir en este sentido ha sido la de acudir a las Aldeas para ayudar y dar apoyo a los Delegados de la Palabra, celebrar con ellos alguna eucaristía y visitar a los enfermos y personas de las Aldeas.

Estuvimos en la Aldea 3 de Mayo visitando a Marcos, el Delegado de la Palabra de allí. No acogió en su casa desde el sábado por la mañana hasta el Domingo por la mañana. Fueron 24 horas muy bonitas, aunque cansadas porque cada una de las personas a las que íbamos a visitar estaban en diferentes lugares, lejos unas de otras, y algunas en lo alto de alguna montaña (menos mal que llevábamos las botas de montaña).


Lo bueno es que en cada una de las casas nos ofrecían algo de beber cuando llegábamos, lo malo es que te lo bebías sin pensarlo mucho, porque muchas de las casas no suelen tener agua purificada y hay riesgo de contaminación, amebas y demás, pero nada hacíamos como si nada (por suerte, de nuevo, no hubo problema)

La parte mala fué que había plaga de zancudos (mosquitos) y nos llenamos de picaduras, con el miedo de que son esos mismos mosquitos los que contagian la enfermedad de la Malaria (por suerte al final no pasó nada).

La noche fue bastante dura. Lo primero porque las del Delegado es una familia bastante humilde y no tenían una casa lo suficientemente grande, por lo que nos dejaron a los tres que íbamos (Teresa, Fernándo y yo) en una habitación con dos camas, y ellos durmieron en el suelo (los niños), el padre fuera de la casa en una hamaca y la madre con otro de los hijos en una cama. Me dió mucha verguenza, pero el no aceptarlo o querer dormir en otro lugar, ellos lo toman como una ofensa.

También fue dura por la plaga de zancudos que había. Estábamos a 35 grados de temperatura, durmiendo dos en una cama, metidos en una sábana-saco de dormir y sin poder sacar los brazos porque los zancudos te los picaban, a si que me pasé la noche sudando y escuchando el zumbido de los bichejos sobrevolando mi cabeza. Al final desistí y conseguí dormir algo, pero nos levantamos al día siguiente llenos de picadas.

No obstante fue una experiencia muy bonita, el poder compartir 24 horas completas y vivir en una casa como viven ellos fue increible