El caso es que estoy pudiendo compartir con ellas la visita a este lugar y compartir las clases de catequesis que se dan los´sábados durante un par de horas por la mañana.
Una vez terminada la actividad, los niños y niñas hacen una fila para que las hermanas les repartan lo que les han traído (unos días helado, otros zumo o un sándwich, etc).
Me siento muy afortunada porque con Proclade estamos llevando a cabo un proyecto de apadrinamiento de niños en el Bordo "Llanos de Sula" y llevo unos días en los que me quedo después de darles la comida y visito las casas, hablo con la gente y me cuentan sus diferentes realidades.
Una de las mujeres que vive allí, me acompaña y me presenta en las diferentes casas. La verdad es que me están aceptando y acogiendo con mucho cariño, y yo estoy aprendiendo mucho con ellos, aunque a veces las realidades que viven son bastante duras y algunas "te tocan" el corazón especialmente.
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